Banco Común de Conocimientos
La idea de un Banco Común de Conocimientos en la escuela no es nueva: ya me contaba mi abuela que cuando ella era pequeña, sus compañeras mayores le enseñaban lo que sabían y ella enseñaba a su vez a los más pequeños, bajo la supervisión de su maestra. El ser humano es social, es natural en él mostrar lo que sabe, y cuando lo hace, siente satisfacción. Aprovechemos eso en nuestras aulas.
En mi aula, como maestra de Audición y Lenguaje, aprovechar las habilidades y conocimientos de mis alumnos me puede ayudar a trabajar la pragmática, el vocabulario, la estructuración del discurso y la morfosintaxis. Por ejemplo, sé que un alumno sabe tocar un instrumento. Le puedo pedir que me hable a mí y a sus compañeros de cómo ha aprendido, por qué lo eligió, cómo se toca, qué dificultades hay, qué es lo que más le gusta de su instrumento... Podemos hablar y escribir de instrumentos musicales. Hacer del propio conocimiento base para las habilidades que queremos trabajar y transmitir desde un desarrollo más curricular.
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